Ansiedad

La ansiedad es la sobreestimación de un problema unido a una subestimación de los recursos propios para manejarla. Es uno de los trastornos del ánimo más visibles. Ha ido adquiriendo una importancia y ocurrencia cada vez mayor, pudiendo presentarse en niños, jóvenes y adultos.

La ansiedad controlada es funcional a nuestra vida. Nos permite anticiparnos frente a un desafío, “me preocupo ya que debo dar un examen y me hago cargo de prepararme”, versus el trastorno ansioso que es evitativo. En este caso perdemos la libertad de acción ya que el temor irracional nos sobrepasa y nos paraliza. Por lo tanto, la primera pregunta que debo responder cuando me siento ansioso es: ¿es esta una sensación racional que me permite reaccionar o es algo que me sobrepasa y me detiene?

La ansiedad se origina en un área muy primitiva del cerebro llamada amígdala cerebral, cuya función es ser la alarma frente a posibles peligros, esta es la parte instintiva que me agobia y me sobrepasa.  Afortunadamente ésta se controla mediante otra parte del cerebro llamado lóbulo frontal, que tiene la capacidad de razonar y ponderar los riesgos reales a los que me enfrento. Para poder manejar la ansiedad, es necesario entender de donde viene la alerta, si viene directo de la amígdala el  cuerpo reacciona de manera instintiva con sudoración, respiración agitación, dolor de estómago, etc. Esta sensación nos asusta y nos llama a evitar. Ese es el circuito del trastorno de ansiedad que debemos tratar de controlar.

Para trabajar sobre esta ansiedad limitante podemos señalar tres acciones básicas: la primera es contener la emoción, ponerle palabras a lo que siento “estoy ansioso, tengo miedo”; la segunda es Ignorar el contenido: “no estoy en peligro, no lo voy a resolver ahora”; la tercera es darle tiempo al lóbulo frontal para que retome el control, pausarnos unos 20 minutos, que es el tiempo de acción de la amígdala, buscar distraernos para no entrar en el circuito ansioso, y luego enfrentarnos al desafío desde las posibilidades y no desde el temor irracional.

Es clave señalar que la ansiedad está fuera. Yo no soy ansioso si no que hay algo afuera que me hace poner ansioso y eso es lo que tengo que trabajar para conocerme y aprender a manejarlo.

Sebastián Uriarte,  Psicólogo clínico  CETESFAM, Puerto Montt

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