La ciudad amanece, las estufas se encienden, la probabilidad de lluvia aumenta; todo indica que ha llegado marzo y con ello el término de las vacaciones. Es momento de retomar las rutinas diarias. Llegó el tiempo de programar la alarma, preparar las mochilas, las colaciones, reuniones laborales, pagos de patente y trámites pendientes. El aumento del tráfico, el arreglo de vías y los desplazamientos diarios pueden añadir una carga extra, consumiendo tiempo y energía. Estas tensiones cotidianas pueden tener un impacto significativo en la salud mental de las personas, por lo que volver a la rutina normal del año va a depender mucho de cómo lo manejemos para que sea una oportunidad de mejora o bien un gatillante de estados emocionales no deseados, que se agrupan en el síndrome post vacacional.
Características de este síndrome son sensación de agotamiento, desinterés por realizar las tareas diarias, estados de irritabilidad, angustia y dificultades para dormir. Los más afectados por esta alteración del ánimo, son quienes se fijan expectativas difíciles de lograr, y, por lo tanto, al enfrentar la realidad la expectativa se va transformando en frustración.
Es importante que las personas y familias reconozcan estos desafíos y busquen formas de gestionar de mejor manera esta etapa de cambio; algunas acciones sugeridas: 1) Repensar y si es necesario ajustar las expectativas que tengo para el año. Las metas que nos planteemos deben ser posibles de conseguir y para esto es clave que sean objetivos realizables en el tiempo y medibles en sus resultados. 2) Fomentar una rutina de ejercicio físico. Este favorece la liberación de endorfinas, que son las hormonas que intervienen en el estado de ánimo, ayudando a sentirnos positivos, proporcionándonos un bienestar físico y mental. 3)Elegir una alimentación sana. Igual que existen alimentos que repercuten negativamente en el estado de ánimo, también hay otros que proporcionan un efecto positivo, en este sentido, el pollo, el queso, los huevos y las legumbres son buenas opciones para los menús de la vuelta a la rutina porque contienen triptófanos que incrementan los niveles de serotonina u hormona de la felicidad que, a su vez, favorece la producción de melatonina que ayuda a descansar y regula las emociones. 4) Promover una mirada optimista. Ser conscientes de lo que sí tenemos en lugar de lo que nos falta. 5) Cuidar una buena higiene del sueño. Es importante conocer cuáles son mis requerimientos de descanso y cuidar esas horas ya que descansar es la base de la salud mental y física. 6) Dedicar tiempo a ayudar a otros. Esto puede transformar tu vida y la de los demás, beneficiando tu salud mental y la de quienes te rodean.
Gestionemos de la mejor manera posible nuestra rutina para tener una buena versión de este año.